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Ayer estuve en un concierto de Miky Gonzales en La Estación de Barranco y llegué a la conclusión de que Miky es la prueba viviente del rock peruano de que está bien cagarla una y otra vez. O como dice ese poema del que no me acuerdo bien:
"he de disparar noventinueve veces al aire
si he de darle una al corazón"
Han rajado ochentamil veces del pobre Miky desde su "Vamos a Tocache" hasta "Chicles, cigarrillos, caramelos". Pero ayer mientras yo lo oía fusionar música electrónica con sonidos étnicos en uno de los mejores conciertos a los que he ido, dije: Carajo, que grande se vuelve la gente que no tiene miedo a quedar en ridículo.
A mi no me gusta mucho la música electrónica, pero la música electrónica de Miky es como una de esas chicas que parecen plástico puro, incapaces de hablarte y que un día de pronto te miran y dicen algo tan hondo que te dejan con la sensación de que todo el planeta es una gran almohada a la que le está cayendo el sol.
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En 1 hora y diez minutos me voy de viaje con todos mis amigos de la agencia a Talara. Mi abuelita cumple ochenta años y vamos a ir a visitarla y a bailar con ella

Que tengan un bonito fin de semana!
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